El octavo día de viaje fue dedicado a Sirmione y Verona. Sirmione fue una ciudad que realmente nos impresionó, creíamos que iba a ser totalmente diferente. Nos gustó su paz y tranquilidad. Empezamos la mañana con un paseo en lancha por el Lago di Garda, una de las mejores experiencias del viaje. También nos gustó el Castillo. Después de comer, sobre las 4 de la tarde, partimos hacia Verona, donde conocimos el famoso balcón de Romeo y Giulietta.
Y por fin, el noveno día llegó la guinda del pastel. ¡Venecia! Fue el mejor día de todos. La Piazza San Marco, el Gran Canal, el Puente de los Suspiros y el viaje en góndola fueron lo mejor del día. También hicimos una gran cantidad de compras. Esperamos volver pronto a la ciudad.
Y con mucha pena, al día siguiente cogíamos el avión de vuelta a España. Ha sido una de las mejores experiencias de nuestra vida, que jamás olvidaremos.
Sirmione:
Verona:
Venecia:
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